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Cocinando con los niños: ¡Con las manos en la masa!

¡No hay mejor forma de aprender que divirtiéndose! Que los niños se alimenten de forma equilibrada y variada es una de las mayores preocupaciones de cualquier madre o padre, y la cocina es un aliado que nos hará más fácil esta tarea.

De la misma forma en la que tus hijos aprenden nuevas palabras, nuevos hábitos e incorporan nuevas rutinas, deben aprender a conocer los alimentos. Hace 100 ó 50 años, nuestros tatarabuelos, bisabuelos y abuelos estaban en contacto directo con los alimentos: asistían a matanzas, ayudaban en la cocina, recolectaban las cosechas, recogían huevos de los corrales… El cambio de una vida rural a entornos urbanos ha supuesto una ruptura, que nos ha separado de los alimentos en su estado natural.

Volver a conectar a los niños con los alimentos, en su estado natural, es el primer paso para que adquieran hábitos nutricionales saludables. Imagen en: La Pollopedia
Volver a conectar a los niños con los alimentos, en su estado natural, es el primer paso para que adquieran hábitos nutricionales saludables. Imagen en: La Pollopedia

Una anécdota que te contaremos resume a la perfección esta distancia entre los alimentos naturales y procesados: la hija de una amiga debía hacer un dibujo, para el cole, de un pollo; y garabateó en las hojas de su cuaderno la silueta de un suculento pollo asado humeante. No dibujó al animal, sino el alimento listo para ser ingerido.

la hora de introducir novedades en su dieta, de forma que involucrar a los pequeños de la casa en su preparación, reducirá sus incertidumbre y dudas, y les hará sentir más responsables y más autónomos, y más cerca de las actividades familiares.

Nuevas recetas, hábitos más saludables

Debemos recordar que los alimentos no son una forma de premiar o castigar una conducta, sino que son una forma de enseñar a los niños a adquirir hábitos y disciplina nutricional, que evitarán problemas como la alimentación compulsiva o poco saludable, la repetición de ingredientes o menús, el sobrepeso infantil, y las manías con la comida.

Un mercado es un mundo lleno de sensaciones, ¡y a tus hijos les encantará! Imagen: gungodung@flickr
Un mercado es un mundo lleno de sensaciones, ¡y a tus hijos les encantará! Imagen: gungodung@flickr

Involucrar a tus hijos en todo el proceso de preparación de una receta no implica sólo ponerse el delantal, sino enumerar los ingredientes de la receta, ir a la compra y organizar la cocina.

La visita a una gran superficie o a un tradicional mercado como los que podemos encontrar en cualquier ciudad española, nos da la oportunidad de presentar los alimentos a los niños, darles pautas sobre la frescura y el uso de ciertos alimentos, experimentar colores, olores y sabores, y familiarizarles con el aspecto natural de los alimentos.

Las recetas deben incluir un cierto patrón de juego, en el que mancharse, probar sabores y texturas, ensuciar y ver los resultados, son las reglas. Hay que reforzar la participación de los niños en la cocina, sin distinguir las tareas por roles, y siguiendo un itinerario claro: «vamos a cocinar pizza con estos ingredientes, vamos a utilizar estos utensilios, vamos a prepararlos y, finalmente, vamos a recoger», y ser consistentes, para que se acostumbren a seguir estos pasos.

La edad y la autonomía de los pequeños nos permitirán saber qué tareas pueden asumir: felicitarles por el trabajo bien hecho les animará a experimentar con nuevos alimentos y a mejorar en los fogones. Para evitar situaciones de peligro, es mejor dejar a los niños los utensilios más inofensivos e irrompibles, y reservar los cuchillos, cristales y otros elementos para los mayores.

Si quieres experimentar durante los días festivos que se acercan, te recomendamos que visites PequeRecetas.com, en donde encontrarás muchos consejos para meterte en harina con los niños. En futuros posts, te propondremos actividades en la cocina, que podrás compartir con tus hijos, y que serán una excelente oportunidad para descubrirles no sólo el placer de la comida, sino para mostrarles que son capaces de asumir nuevas tareas y retos, ¡y que cada vez son más mayores!