En esta época del año nos viene bien tener como fondo de armario una cierta variedad de piezas de punto, sobretodo en el de los peques que se ven tan monos y se protegen del frío, pero esto trae consigo el miedo a su peor característica “cuidado delicado”. No os preocupéis más, ahora les explicaré cómo hacer para que ese suéter tan mono luzca como nuevo tras las lavadas.
Primero siempre en toda pieza es importante revisar las etiquetas, la composición de los tejidos es lo que nos indica la calidad de la pieza. Dentro de más materias naturales contenga el cuidado debe ser más cuidadoso, es decir eso de meter todo en la lavadora y olvidarnos de ello se reserva para los sintéticos.
En caso de que quisiéramos usar la lavadora es importante que siempre sea en el ciclo delicado, por lo general es el más corto. Debemos olvidar los detergentes en polvos, suavizantes o algún tipo de blanqueador o lejía, hay que buscar un jabón suave, con un ph que no vaya a alterar la composición de nuestros tejidos.
Como recomendación personal, el lavado a mano será mucho más efectivo a la hora de cuidar la prenda por lo que les apunto cinco pasos que evitarán el desgaste del tejido.
- Lavado. En una tina disuelve jabón suave con agua templada, con la mano bate el agua para disolver el jabón y crear un poco de espuma. Sumerge la prenda sin restregar ni estrujar y déjala remojar durante media hora.
- Aclarado. Una vez transcurrida la media hora retira el agua jabonosa y vierte agua fresca, con las manos abiertas presiona la pieza en contra del fondo de la tina para retirar el jabón. Repite esto una y otra vez hasta que el jabón haya partido por completo. Es importante no estrujar, ni estirar la prenda, ya que mojada es cuando es más vulnerable a deformarse.
- Secado. Para evitar que se deforme el tejido sólo hay que estirarla sobre una superficie lisa de manera que se seque sin ningún tipo de presión y arrugas. Hay que olvidar perchas y ganchos, eso sólo ayuda que la pieza se estire por su propio peso, ya que este aumenta debido al agua.
- Guardado. La mejor manera de guardar una prenda de punto es doblada. En las perchas el peso que cae sobre los hombros estira los tejido y lo marca. Por lo que la mejor manera es doblarlo sobre una superficie lisa o en todo caso doblarlo y colocarlo de esta manera en la percha.
Con estos cuidados las prendas de puntos de tus hijos se mantendrán en buen estado por más tiempo.
