Educar con el deporte: «en buena forma» para la vida

El deporte es también una actividad educativa, razón por la que muchos colegios y escuelas en el mundo y en nuestro país incorporan actividades deportivas o de educación física como complemento de sus programas. En los países anglosajones, además, se da gran importancia a la excelencia deportiva de los estudiantes, que pueden obtener becas y ayudas en diferentes niveles de su proceso educativo si sus logros deportivos son destacables, equiparando de esta forma los resultados académicos y los triunfos deportivos, que redundan en la reputación del centro educativo.

Este modelo, salvo excepciones muy concretas, no se ha repetido en Europa, que considera suficiente la educación física como parte de la formación reglada. Pero hay un consenso internacional en reconocer el valor educativo del deporte, tal y como lo recogen los principios de la UNESCO.  En cualquier caso, nos gustaría plantearte hasta qué punto el deporte forma en valores y cuán importante es para el desarrollo infantil, no sólo desde el punto de vista físico, sino social y profesional.

Más allá del aprendizaje de técnicas o tácticas, o de los beneficios físicos y psíquicos de estar «en buena forma», el deporte supone compromiso, implica invertir tiempo y esfuerzo en mejorar la capacidad, la destreza, la preparación física, a través de un proceso gradual; mejorar los resultados, adquirir más habilidades es el premio al este esfuerzo sostenido, y para los niños, comprender que conseguir triunfos o premios no son instantáneos sino producto de un trabajo continuado, ayudará a formar su carácter y les proporcionará autodisciplina. Preparar una competición, entrenar con rigor, mantener la disciplina del equipo, el autocontrol, la derrota como proceso de aprendizaje, la búsqueda de la perfección, la perseverancia, entre otros, pueden trasladarse a la vida cotidiana de los niños, para ayudarles a construir su personalidad.

 

El deporte es un medio, no un fin (¡aunque seas Rafa Nadal!)

Los niños que practican deporte gozarán de mejor condición física y aprenderán valores positivos para su vida. Imagen en parentsguideline.com.
Los niños que practican deporte gozarán de mejor condición física y aprenderán valores positivos para su vida. Imagen en parentsguideline.com.

Es natural que, como madre o padre, desees que tus niños consigan grandes resultados en los deportes que practican, incluso que sean grandes estrellas, pero las grandes figuras deportivas son excepcionales. Si, afortunadamente, tu hijo o hija tiene capacidades innatas para practicar un deporte, podrá dedicarse a ello profesionalmente; pero el propósito de introducir el deporte en la vida de los niños no debería ser mundano, porque la disciplina en la práctica de una actividad es el valor más importante que aprenderán los niños, y les servirá para todos los ámbitos de su vida. Eso, sin contar con los beneficios para la salud para la familia: si los adultos practican deporte y siguen una alimentación sana y equilibrada, los niños repetirán ese patrón y perpetuarán un estilo de vida que será muy positivo para su salud, y evitará problemas como la obesidad infantil, especialmente preocupante en España.

Y, ahora te preguntarás, ¿qué deporte debo escoger? Debes resistir la tentación de adjudicar valores concretos a un deporte, porque ninguna práctica es, por sí misma, más educativa o positiva. Es fundamental guiar a los niños hacia la actividad física espontánea (juegos, correr por el parque, andar en bicicleta) e invitarle a practicar alguna disciplina reglada, sin proyectar en ellos nuestros propios deseos: dejarles cierto margen de elección permitirá que no abandonen los entrenamientos, y les dará la oportunidad de tomar una decisión de la que deben hacerse responsables, en su justa medida. Tampoco debes obsesionarte con la idea de que tus hijos pierdan el deseo de practicar el deporte que parecía apasionarles o que no encuentren su «deporte»; lo importante es que no dejen de hacer actividad física: estimularles para jugar partidos improvisados, acompañarte a ti y a tu pareja a correr, montar en bicicleta o a pasear por la montaña, son formas sencillas de introducir espacios para el deporte en su rutina diaria, con el refuerzo positivo de tu compañía.

 

Cuando el deporte se hace solidario

En España existen varias fundaciones y ONGs que tienen en el deporte su principal foco de atención, que lo convierten en la excusa perfecta para convocar eventos solidarios.  La Fundación BBVA, Acción contra el Hambre, y muchas más, organizan carreras solidarias que recaudan fondos para desarrollar programas en favor de los niños desfavorecidos, y participar en actividades como estas permite a colocar en un contexto real los valores del deporte, porque le estás transmitiendo a tus hijos que su esfuerzo se convertirá en un beneficio para otros, y revertirá en su propia satisfacción personal por ayudar a otros.

Compañerismo, superación, perseverancia... son algunos de los valores que inculca el deporte en los pequeños. Imagen en futbolescolar.com.
Compañerismo, superación, perseverancia... son algunos de los valores que inculca el deporte en los pequeños. Imagen en futbolescolar.com.

Otras entidades buscan integrar a colectivos desfavorecidos o a niños en situación de exclusión en actividades que les ayudan a recuperar su autoestima y a encontrar una red de apoyo social. Por ejemplo, Fundación Deporte y Desafío procura integrar a personas con discapacidad física, intelectual o sensorial, a través de la práctica de diversas actividades deportivas, y organizan torneos y carreras para reforzar su labor educativa. Por su parte, la Fundación Deporte Integra, que nación para apoyar las actividades deportivas en España tanto de alta competición, como en las estructuras de base que fomentan la práctica deportiva, a través de escuelas específicas para la iniciación del deporte adaptado para niños, en asociaciones y colectivos de personas con discapacidad física, psíquica y sensorial, mayores de 55 años, inmigrantes o mujeres en situaciones desfavorables. También es muy importante la labor de la Fundación Deporte Joven, que depende del Consejo Superior de Deportes, pretende impulsar la actividad deportiva como catalizador de la reinserción social y para fomentar la solidaridad; como elemento fundamental del sistema educativo, sanitario y de la calidad de vida; como elemento integrador para colectivos marginados, y de los disminuidos físicos y sensoriales, y como la opción de ocio más favorable para la juventud; para lograrlo, desarrolla múltiples iniciativas escolares, universitarias, en colectivos femeninos o en deporte de alta competición.

 

Debes pensar en el deporte como un diamante de varias caras, cuyos beneficios son producto de varios factores: primero, es una actividad voluntaria (que se elige por deseo propio), por lo que su práctica sirve de paréntesis a la rutina, divierte y genera energía positiva; además, es una forma de descanso, entendida como una actividad que permite «romper» con otras tareas que generan más estrés (el trabajo para ti, las tareas y el cole para los pequeños); es una forma de socialización natural y participativa, que les ayuda a fomentar su creatividad; finalmente, lograr superarse y mejorar en el deporte que practican los niños es la principal lección que se llevarán a su vida adulta.

Cuéntanos tu experiencia y tu opinión sobre el papel del deporte en la educación de los niños, dejando tu comentario en este blog o en nuestra página de Facebook.